En los primeros días de septiembre, cuando los últimos vestigios del invierno andino aún acarician las montañas del Valle de Uco, ocurre uno de los fenómenos más poéticos del mundo vitivinícola: la vid comienza a llorar. No son lágrimas de tristeza, sino gotas de pura vida que marcan el inicio de nuestros viñedos en el Valle de Uco.
Este momento íntimo representa la promesa renovada de que la tierra generosa de Mendoza y la sabiduría francesa heredada por tres generaciones se fusionarán una vez más para crear vinos de excepción.
El Milagro de la Vida Nueva
Cuando las temperaturas ascienden después del reposo invernal, la savia dormida en las raíces profundas inicia su ascenso hacia los sarmientos podados. Este flujo encuentra su escape a través de los cortes de poda, manifestándose como pequeñas gotas cristalinas.
En Bodega Monteviejo, nuestros suelos franco arenosos con depósitos calcáreos permiten que la savia fluya con una riqueza mineral excepcional, estableciendo las bases de la complejidad que encontraremos meses después en vinos como La Violeta Malbec.
La Herencia Francesa en Tierra Argentina
El lloro de la vid nos conecta directamente con nuestras raíces francesas. Los ancestros de la familia Monteviejo observaban este mismo fenómeno en Bordeaux, transmitiendo de generación en generación la sabiduría de interpretar estos primeros signos de vida. Hoy, José Mounier aplica este conocimiento centenario adaptado a las condiciones únicas del nuestro terroir.
Esta fusión cultural se refleja en nuestra fermentación en barricas francesas de 225 litros y en la manera en que comprendemos cada señal de nuestras vides.
El Terroir Único
A 1.100 metros sobre el nivel del mar, la amplitud térmica entre día y noche del Valle de Uco influye directamente en la intensidad del lloro. Los suelos calcáreos aportan una mineralidad distintiva que ya podemos percibir en la composición de la savia.
Esta combinación única crea las condiciones ideales para expresar el máximo potencial de cada varietal, desde la potencia y capacidad de guarda de La Violeta hasta la elegancia accesible de nuestras otras líneas.
De la Lágrima a la Copa
El lloro de la vid marca más que el inicio fisiológico de la temporada: representa la renovación constante y la promesa de crear algo excepcional. Cada gota que brota en septiembre es el primer paso hacia vinos que honran tanto la tradición francesa como la expresión única de nuestro terroir argentino.
Descubrí el Origen de Nuestros Vinos
La próxima vez que descorches una botella de nuestros vinos premium, recordá que todo comenzó con esas pequeñas lágrimas de septiembre. Cada copa lleva la historia completa del brotar de la vid hasta el momento de degustarla.
Descubrí nuestra colección completa en nuestra tienda online para experimentar los vinos que nacen de este proceso único en nuestro terroir del Valle de Uco.